El edificio está construido en Sillarejo, con contrafuertes de sillar en la parte de la cabecera. La torre campanario está situada a los pies del templo y esta formada por tres cuerpos bien diferenciados, el último está realizado en de sillería y rematado por un frontón. Este último cuerpo sirve de campanario, en el cual se abren dos arcos de medio punto peraltados para albergar las dos campanas romanas del S XVIII.
Hasta mediados del S. XX poseía el templo al lado sur un gran pórtico de factura tradicional como el que aún se conserva en la Iglesia de Nuestra Sra. De la Paz en Valdeavellano de Tera, este fue desmantelado para construir la vivienda que hoy observamos.
La portada que da acceso a la iglesia es muy sencilla, aunque no podemos apreciar su belleza por encontrarse casi embutida en la nueva construcción. Cuando accedemos al templo lo que más nos llama la atención son los relieves de madera del bajocoro, posiblemente hereditarios de trabajos mudéjares, y vestigio único de este arte en la comarca.
El interior es sencillo de una sola nave, destaca la capilla mayor que se abre en arco apuntado sobre medias columnas y se cubre con una bóveda estrellada con combados y la mitad de una estrella de seis puntas, esta parte fue erigida en la primera mitad del S. XVI. aunque conserva aún peculiaridades del estilo gótico, ya que el renacimiento tardo a implantarse en las construcciones sorianas.
El retablo mayor es de gran tamaño, todo ello realizado en madera policromada. Su composición es sencilla y recuerda a los retablos barrocos castellanos del SXVIII. El banco está compuesto por un relicario central con decoración de rocalla y dos pinturas sobre tabla del S.XVI posiblemente reaprovechadas de un retablo anterior. Representan estas pinturas dos escenas de la vida de San Andrés, bajo cuya advocación está el templo.
El retablo es de un solo cuerpo de tres calles compuestas con decoración de rocalla, en los cuerpos laterales aparecen imágenes de San José y San Antonio de Pádua, en la calle central y sobre sagrario aparece la imagen de San Andrés coetáneas al retablo. En el ático entre estípites aparece un calvario de finales del S.XVI.
El templo posee otros interesantes retablos del S XVII pertenecientes a las cofradías que en su día existieron en la población, así el retablo de la Virgen del Rosario con una preciosa talla romanista de la Virgen con el niño es el más destacado.
Poseía el templo dos pinturas sobre tabla de tradición hispano-flamenca representando a San Blas y una Santa Ana Triple que hoy se exponen en la concatedral de San Pedro en la ciudad de Soria.
Como nota curiosa, destacar que la iglesia aún hoy conserva el pavimento original, compuesto de antiguas sepulturas, algunas de ellas conservan la inscripción del apellido de la familia, incluso sus descendientes siguen hoy ocupando su espacio familiar durante las celebraciones litúrgicas.